Análisis "Entre los Muros"

Película Cinematográfica "Entre Los Muros"
Entre les muros (conocida en España como La clase y en Argentina como Entre los muros) es una película francesa de 2008, dirigida por Laurent Cantet y basada en la novela del mismo nombre, escrita por François Bégaudeau. Es el quinto largometraje de Cantet y se estrenó el 24 de mayo de 2008 en el Festival de Cannes, ganando la Palma de Oro.1
La novela y la película son una narración parcialmente autobiográfica de las experiencias de Bégaudeau como profesor de literatura en una escuela secundaria del distrito 20 de París (20e arrondissement) cuyos alumnos tienen orígenes culturales y nacionales diversos. La película es tratada con una vocación documentalista, donde el autor de la novela, François Bégaudeau, se interpreta a sí mismo en su papel de profesor.

La película abarca todo un curso académico en un instituto. François da clase de lengua francesa en un aula donde se mezclan estudiantes de procedencia, culturas y actitudes muy diferentes, desempeñando también la función de tutor de estos alumnos.

Ejes de Análisis: "Las Relaciones entre Docentes y Alumnos"
La película se desarrolla en el interior de una escuela en Francia, en los suburbios de París. Comienza la misma con el inicio del ciclo lectivo escolar, con la presentación de todo el personal docente y no docente, y la preparación para la jornada del año.

Su desarrollo está centrado en la clase de uno de los docentes, el profesor Francois Marín, quien dicta la materia “francés”.
La clase está compuesta por adolescentes, cuyas edades van desde los 13 a los 15 años aproximadamente; y las nacionalidades son también diversas, chinos, marroquí, de Malí (África), y franceses.
Todo transcurre en el ámbito de la escuela como espacio común. Por lo que la primera relación es analizar que significa esta palabra que relaciona a docentes como a estudiantes; pues, común significa un espacio abierto y para todos, un espacio para cultivar y construir un mundo compartido entre ambos sujetos.
Una institución educativa tiene un objeto en común: la educación. En que el docente juega un papel importante en la escuela y su relación primaria es la de representar a aquellos que le dan el mandato para realizar esa misión.
El uso corriente de la palabra común, se relaciona a una comunidad, este nuevo vocablo refiere a un grupo de iguales, individualistas, y grupo cerrado en sí mismo. Por lo tanto un mundo común es un mundo cerrado como global. Un espacio abierto y separado. Generalmente los docentes se sienten solos, abandonados a causa del pobre reconocimiento de la sociedad como uno igual a ellos, aunque lo común con los ciudadanos de esa sociedad es la misma humanidad, la cultura y la libertad como cosas comunes a todos, se trata de la inserción de todos en un mundo común.
El profesor no se siente parte del común de los alumnos, por lo que le es difícil tener una relación aceptable con los alumnos debido a la falta de un pensamiento personal sobre lo común compartido con ellos. A su vez los alumnos establecen una distancia diferenciativa entre el profesor y ellos mismos debido a que no sienten ser objetos comunes con el profesor y con la institución. Ellos provienen de diferentes culturas y países del mundo, por lo que cada uno se individualiza en su grupo común de origen sin compartirse con los demás y así de esta manera constituir la relación común que los une. Este problema de individualismo es doloroso cada uno es un narcisista herido. Creen ser los únicos en utilizar determinada vestimenta, hablando en jergas raras, utilizando argumentos dañinos hacia los demás; que los identifica como seres únicos, atrapados en una red comercial ostentatoria de hacer visible sus diferencias para no calificar en el común y no sentirse menos que nadie. Este totalitarismo y sociedad operan en la destrucción del mundo común que comparten. El profesor por su parte hace notar la diferencia, suponiendo que entiende y conoce el mundo común de sus alumnos, pretende crear lazos de comunión entre ellos y el mismo instando a consignas autobiográficas como praxis de que lo común individual se transforme en un común grupal. Dado que el exceso de lo común individual termina separando más y más haciendo que las diferencias se vean bien marcadas entre cada uno de ellos, este común individual instaura la pregunta sobre el modo de relación con el otro.
¿Qué hay en común entre ellos? Tienen en común el hecho de estar en el mismo espacio educativo.
¿Qué relación existe entre ellos? La relación existente es el espacio común educativo.
¿Qué diferencias existen entre ellos? La consideración del otro como no igual.
Por lo tanto, la relación existente entre alumnos-alumnos y alumnos-docentes es la común diferencia multicultural, lo que esta misma divide haciendo que la palabra común no sea la adecuada para establecer la relación separatista, ya que el reconocimiento de que el otro es mi semejante, aunque sea otro; es ni más ni menos que la comunión de dos objetos diferentes que se identifican en la mismidad y comparten lo común.
La relación del docente en lo común es muy estrecha, él no quiere perder autoridad compartiendo lo común del grupo de estudiantes, y esto impide compartir el espacio educativo convirtiéndolo en el común general. Éste no quiere reconocer a los estudiantes como sus semejantes; esto involucra la enseñanza frente a los alumnos que lo ajeno no es un pensamiento en común. Y lo que él no se da cuenta que sus propios temores son los mismos que el de sus alumnos y sin este reconocimiento no puede establecer una relación común a ellos. Esto hace que la poesis de la cuestión proporcione argumentos individualistas (el revés de lo común). Sin ponerse en el lugar del otro, jamás formarán ni serán considerados en el espacio común.
Aunque la educación común o universal es tema de debate corriente siempre debemos establecer el significado de lo común, muchas veces lo común no es lo universal, ya que analizando estas dos palabras, tenemos a “común” que se puede ver referido a un grupo puntual, y “universal” a un grupo más amplio, y lo común seria igual a aquellos dos grupos aunque estuviesen diferenciados, y nos preguntamos por la naturaleza que adopta por los efectos de la negación y exclusión.
Nos referimos a la relación entre la definición como escuela común y su carácter universal, esta relación ambigua diferencia y excluye de sujetos y de contenidos culturales del mundo de lo común a lo universal.
La escuela selecciona y codifica instancias de conocimientos, saberes, normas y valores, organizados y dispuestos para cumplir con el común de requerimientos de la enseñanza común para todos. Esto produce efectos sobre la construcción de una cultura común para todos. Así la escuela se define a ella misma como aquello que el conjunto de la población tiene en común, una importancia crucial a la hora de pensar qué papel juega la escuela en la construcción de una cultura general común para todos.
La escuela debe ser para todos, sin excepción, porque de esta manera la común para un grupo se extiende a lo común para un universal.
Aunque la relación del profesor con sus alumnos no se termina de acoplar correctamente al común educativo, los conflictos que se generan en el aula empiezan a formar parte de un común áulico, que desde ese punto la educación comienza a emerger, o sea, que desde la discordia multicultural común del aula, el profesor enseña su cátedra de “Lengua”. En vez de construir una cultura educativa armoniosa de inclusión social lo hace desde una cultura común universal de exclusión social. En vez de tratar de enseñar la inclusión de los semejantes como primera instancia de enseñanza primaria basada en el respeto y los valores, procede solamente a aislar el problema y seguir con su clase de lengua.
Primeramente hemos definido lo común como el espacio educativo que comparten un grupo de personas, pero también debemos pensar que lo común no preexiste en la escuela, sino que debe ser construido por ella y en ella, para renovar la sociedad y la cultura, y formar nuevos sujetos para una nueva sociedad. Para evitar imponer el conocimiento, los valores y las normas de convivencia universal, debemos delimitar lo común a una neutralidad que se considere parte de la educación común y que vendrá de dos fuentes: de la ciencia, y de la identificación de los elementos que los universos culturales particulares concernidos en la escuela tengan en común.
Y por otro lado, lo que debemos plantearnos es la existencia de lo común. Cada persona es y pertenece a un universo particular conforme a sus propios códigos y valores, y es este motivo por el cual la definición de lo que es común para todos se diluye por estas particularidades o bien imponen valores particulares como si fueran universales.
Y ahora los interrogantes que se generan son: ¿Cómo se resuelven estos conflictos? ¿Acaso debemos renunciar a una educación común para todos?
En la película, el alumno Souleymane presenta un carácter conflictivo sociocultural, no se considera parte del común educativo ni del común social, no se integra adecuadamente por falta de interés, o mejor dicho por la falta de motivación por parte del docente en hacer que el alumno se interese en la inclusión y el aprendizaje de los temas.
En esta situación podemos ver cómo que el docente no se reconoce a sí mismo como un intelectual transformador y sus prácticas pedagógicas  arcaicas como el autoritarismo disciplinador, queda relegado a cumplir el rol de un mero ejecutor de reglas y rituales que nada tienen que ver con la realidad de sus alumnos y de las instituciones educativas actuales.

Avanzando en la escena, vemos que el Prof. Marín se pone nervioso, se enoja con las delegadas y las insulta y a partir de esto comienzan a discutir varios de sus alumnos. En el aula la situación se vuelve cada vez más tensa hasta derivar en que Souleymane y el Prof. Marín discuten fuertemente.
Vemos al Prof. Marin reaccionando de varias formas: las emociones, el contacto físico y el espacio compartido se vuelven protagonistas de la situación.

Esto nos ayuda a pensar que definir el “ser docente” es muy complejo y que en cada docente en particular confluyen distintas características de todas formas posibles. Definirse como docente implica caracterizar las tradiciones, los modelos disciplinarios, los modelos pedagógicos, las tensiones entre ser profesionales e intelectuales transformadores, y funcionarios del Estado, ya que el docente lo representa por medio de la formación adquirida.
Es por esto que si bien el Prof. Marín a lo largo de la película presenta una práctica docente más referida a un estilo normalizador, en esta situación se muestra algo más cercano a un intelectual transformador.
Por lo general cuando un alumno no se adecua a las normas y procesos educativos se lo excluye de la institución y se lo expulsa. Como le paso al alumno en la película.
No estoy de acuerdo con lo decidido ya que los profesores y directivos decidieron aislar el problema en vez de autoevaluarse las pedagogías utilizadas para que ese alumno mejore, tampoco hubo un accionar por parte de la institución en realizar una investigación por medio de un tutor, psicólogo o psicopedagogo para estudiar cuales eran los conflictos sociales que presentaba el alumno, ni un plan de mejora.
Estos tutores deberían facilitar espacios colectivos de comunicación para trabajar los problemas de relación e integración dentro de aula y las formas de interacción cotidianas para con sus semejantes.
Se observa la falta de capacitación adecuada de los docentes y directivos para acompañar y conducir la reflexión grupal de los alumnos y también así la de sus docentes, ya que si un docente es carente de una solución puede ser por dos motivos: que no esté familiarizado en ese accionar o que necesite apoyo psicopedagógico para vencer sus propios temores frente a la clase y pueda desarrollar una actitud activa, motivadora e inclusiva.
Otra estrategia para regular la convivencia en las escuelas son los “pactos educativos”, en los que establecen alternativas a problemas de convivencia, aplicadas de manera puntual frente a transgresiones al reglamento de conducta.
Algunas soluciones de los diversos problemas que puedan generarse en las aulas podrían ser:
Que los alumnos sean identificados por sus dificultades y logros. De esta manera la evaluación de sus conocimientos se regirá por las distintas capacidades de cada uno y no se generalizarían las instancias de aprobación, a pesar que estas dejarían de ser comunes, al dividir las instancias se tiene un mejor panorama del aprendizaje del educando.
Apelar al dialogo como estrategia para enfrentar los conflictos que se generen. Para ello debería existir un taller pedagógico en que los alumnos cuenten aspectos de sus vidas, sus interrogantes, sus inquietudes, sus deseos, sus anhelos, sus padecimientos; el tutor, psicólogo o psicopedagogo a cargo deberá tener la capacidad de vincular y generar un común social entre los educandos haciendo que ellos vean un común sin distinciones socioculturales, haciendo que ellos se integren como grupo y formen un nuevo común intimo de integración sin discriminar la cultura de cada uno, haciéndolos parte del mundo y no que ellos sean el mundo de la parte institucional.
En palabras de Davini, el Prof. Marín aparece como: “(…) un docente reflexivo, crítico, divergente  de revisar sus propias creencias y de fundar su labor en la confianza en los alumnos.”
Nos parece interesante abordar los distintos temas de la película, en especial el conflicto que se genera en torno al alumno Souleymane.
Cuando se presenta esta problemática, el docente desde la intención de su rol de fraternizar con los alumnos comete errores que terminan siempre en conflictos.
El docente no debió discutir con las estudiantes tratándolas de zorras debido debido a su forma de hablar.
Pero también hay que tomar en cuenta su lucha por educar y tratar de hacerlo de diferentes formas como ser humano (cometiendo errores). Aún así no se dio por vencido y siempre trato de conocer a sus alumnos y que ellos se valoraran entre sí y aprendieran algo en clase.
Por otro lado:
Llega el día del Consejo de disciplina. El director de la escuela explica los motivos por el cual se convocó y aclara que creen que Souleymane es un “buen chico”. Luego, algunos profesores le hacen algunas preguntas al alumno, le explican que quieren escucharlo, que está ahí para defender su punto de vista. Souleymane dice que le da lo mismo, que hagan lo que quieran. Luego la madre de Souleymane lo defiende. Los profesores vuelven a preguntarle al alumno si quiere decir algo. Él dice que no sabría que decir (como si nada de lo que dijera pudiese cambiar algo). La madre habla por él, repite lo que dijo antes: que Souleymane es un buen chico. Y les pide perdón por él.
Finalmente, Souleymane es expulsado de la escuela. Tal vez del sistema educativo. Tal vez vuelva a su país de origen. En este punto, nos parece interesante retomar la analogía que hace Isabelino Siede entre el Dr. Frankenstein y el trabajo docente, el autor explica: “Hay un segundo gesto autoritario de Frankenstein quien, cuando entiende que no puede imprimir al otro los rasgos que se le antojan, lo abandona y renuncia a orientarlo”.  Esto nos muestra que en nuestras escuelas sucede algo similar: “O bien los estudiantes aceptan lo que la escuela les propone o no sirven para la escuela.”
En la escena siguiente vemos una de las últimas clases del año lectivo en la que el Prof. Marín le pregunta a sus alumnos qué aprendieron en el año y luego les regala los autobiografías, que habían escrito al comienzo del año, impreso y encuadernado. Los alumnos se ponen contentos.
A continuación, nos muestran a los docentes y los alumnos jugando en el patio: algunos jugando al fútbol, otros cantando y alentando, otros caminando por el patio.
Consideramos que esta película con su estilo de documental ficcional logra mostrar la complejidad del trabajo docente, sobre todo en el día a día y en el trabajo en el aula.
La película nos muestra lo difícil que puede resultar para un docente en la actualidad valerse como un intelectual transformador, que le imprime un sentido político a su trabajo pedagógico.
Como dice Giroux: “el hecho de ver a los profesores como intelectuales nos capacita para empezar a repensar y reformar las tradiciones y condiciones que hasta ahora han impedido que los profesores asuman todo su potencial como académicos y profesionales activos y reflexivos”.
Es decir que es importante que los docentes se reconozcan a sí mismos como intelectuales, ya que nos hace preguntarnos nuevamente por el significado del “ser docente”.

Bibliografía


  • FRIGERIO, G. y DIKER, G. (comp.) Educar: posiciones acerca de lo común. Serie Seminarios del CEM, del Estante Editorial, Buenos Aires, 2008.
  • JACINTO, C. y TERIGI, F. (2007) "Estrategias para la inclusión en las instituciones escolares". En Jacinto, C. y Terigi, F. Qué hacer ante las desigualdades en la educación secundaria? Aportes de la experiencia latinoamericana. Buenos Aires: Instituto Internacional de Planeamiento de la Educación. UNESCO. Santillana
  • GIROUX, HENRY. (1990). Los profesores como intelectuales. Hacia una pedagogía critica del aprendizaje. España: Paidós. Introducción y cap. 9.

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